Die Quelle in uns: Die Reise vom Ursprung zur Manifestation

La fuente dentro de nosotros: el viaje desde el origen hasta la manifestación

La fuente dentro de nosotros: el viaje desde el origen hasta la manifestación

En medio de la inmensidad del universo, hay una verdad más profunda y abarcadora que la imaginación: todos somos aspectos de la Fuente. La Fuente, a menudo denominada el origen de todo ser, se ha dividido en innumerables formas para adquirir experiencia y conocerse a sí misma. Sin embargo, a pesar de esta división, permanece una verdad esencial: no estamos separados de la Fuente. Somos la luz que surgió de él y llevamos esa luz dentro de nosotros, independientemente de las formas que adoptemos.

El viaje de la fuente en sus aspectos

La Fuente, en su conciencia ilimitada y amor infinito, eligió enviar aspectos de sí misma al mundo. Estos aspectos son como chispas enviadas a la oscuridad para llenar el universo de luz y experiencia. Cada aspecto, ya sea una estrella, un planeta, un animal, un ser humano o un ser espiritual, lleva en su interior la luz de la Fuente. Esta luz es la esencia de nuestra existencia y nos recuerda quiénes somos realmente.

Cada uno de nosotros es una manifestación única de la Fuente. A través de cada uno de nosotros, la Fuente se expresa en su singularidad y se experimenta de innumerables maneras. No somos sólo espectadores de este viaje, sino participantes activos en un juego cósmico de la vida en el que la Fuente se experimenta a sí misma a través de nosotros.

La ilusión de la separación

En nuestra experiencia terrenal a menudo nos sentimos desconectados de nosotros mismos, de los demás y de la Fuente. Sin embargo, esta separación es una ilusión. Siempre somos parte de la Fuente, conectados por la luz que nos penetra. Incluso en los momentos más oscuros, cuando nos sentimos distantes del amor y de la luz, la verdad permanece: seguimos siendo la luz.

Incluso los seres o situaciones a los que nos referimos como “oscuros” son manifestaciones de la Fuente que se expresan de una forma diferente. Los Pleyadianos me explicaron una vez que incluso si, por ejemplo, un villano está causando daño en el mundo o en algún lugar del universo, hay una razón por la cual la Fuente lo ha manifestado. Porque la fuente no hace nada inútil. Ella no pone nada en el mundo sin razón o sin significado. Cada aspecto, por oscuro o desafiante que parezca, tiene su lugar en el gran mosaico del universo.

La importancia de la aceptación

Los Pleyadianos enfatizaron que es precisamente esta aceptación del aspecto lo que permite el cambio o la curación. Al reconocer y aceptar la existencia de aspectos “oscuros”, nos abrimos a la comprensión profunda de que estos aspectos también tienen su significado y propósito. Sirven para enseñarnos lecciones y ayudarnos a crecer. Cuando nos negamos a aceptar estos aspectos, nos negamos la oportunidad de aprender y transformarnos.

La fuente utiliza estos contrastes para hacer la vida colorida y diversa. A través de esta diversidad de experiencias y aspectos, el universo se convierte en un lugar de constante desarrollo y aprendizaje. Todo sucede por una razón. Cada encuentro, cada situación, cada desafío lleva consigo la semilla de la sabiduría. Depende de nosotros reconocer y apreciar esta semilla.

El libre albedrío y la creación de nuevos mundos.

Otro regalo de la Fuente a sus aspectos es el libre albedrío. A través del libre albedrío tenemos la capacidad de crear nuestros propios mundos y universos. Cada decisión que tomamos, cada pensamiento que tenemos, da forma a nuestra realidad y crea nuevas dimensiones de experiencia. Este poder creativo que reside dentro de cada uno de nosotros es un reflejo del potencial creativo de la Fuente misma.

Gracias al libre albedrío, la Fuente nunca se aburre. El universo es un campo de posibilidades vivo y en constante cambio en el que surgen infinitas experiencias y expresiones. La Fuente se experimenta a través de cada uno de nosotros de una manera única, y cada experiencia enriquece la conciencia colectiva.

La neutralidad del ser.

Una idea importante que enfatizaron los Pleyadianos es que cada situación es inherentemente neutral. Es nuestra conciencia la que le da a la situación un cierto significado. Somos nosotros quienes, a través de nuestra percepción e interpretación, damos a una experiencia los colores de “bueno” o “malo”, “claro” u “oscuro”. En verdad, cada experiencia es una oportunidad para explorar la profundidad de nuestro propio ser y crecer.

Cuando entendemos que somos nosotros quienes damos significado al mundo, nos damos cuenta de nuestro poder para dar forma a nuestra realidad. No somos víctimas de las circunstancias, sino creadores conscientes que moldeamos el mundo a través de nuestros pensamientos, sentimientos y acciones. Y en este acto creativo de creación, recordamos que somos la luz, aspectos de la Fuente que se experimenta a sí misma en formas y expresiones siempre nuevas.

Memoria a través del lenguaje ligero

Para recordarnos esta profunda verdad, existen herramientas y prácticas que nos ayudarán a hacerlo. Uno de ellos escucha un lenguaje de luz. Esta forma de comunicación de alta vibración lleva la vibración de la Fuente y puede recordarnos en el nivel más profundo quiénes somos realmente. Funciona a nivel celular y se activa recordando nuestra propia luz, nuestra conexión con la Fuente y la verdad de que no estamos separados.

A través del lenguaje de la luz, se levanta el velo de la ilusión y nos sumergimos en la vibración de la unidad y la unicidad. Es una llave que nos ayuda a abrir las puertas de nuestra conciencia y recordar la luz que somos. Este recuerdo es el primer paso hacia la sanación y transformación que es posible dentro de cada uno de nosotros.

Puedes encontrar este maravilloso lenguaje de luz: AQUÍ

Regresar al blog